Después de casi tres semanas, el presidente Donald Trump fue declarado inocente durante el juicio político en el Senado, cerrando así, el tercer juicio presidencial en la historia de Estados Unidos, con votos que dividieron el país, poniendo a prueba las normas cívicas y alimentaron la tumultuosa carrera del 2020 por la Casa Blanca.
La mayoría de los senadores expresaron su inquietud con la campaña de presión de Trump sobre Ucrania, pero las cuentas finales, 52 a 48 a favor, de la absolución del abuso de poder y 53 a 47 a favor, de obstrucción de la investigación del Congreso, se quedaron muy cortas, ya que se necesitan dos tercios de votos “culpables” para llegar a la barra de crímenes y delitos menores de la Constitución para condenar y destituir a Trump de su cargo.
Hasta el dia de hoy, ningún presidente ha sido destituido por el Senado.
Trump, ha predicho con entusiasmo la reivindicación, dejando en claro su intento de reelección y afirma que no hizo nada malo, denunciando a quienes lo atacan desde el comienzo de su presidencia.
Tanto Bill Clinton, en 1999, como Andrew Johnson, en 1868, obtuvieron el apoyo de todos los partidos cuando los dejaron en el cargo después de un juicio político y el presidente Richard Nixon, renunció, en lugar de enfrentar la revuelta de su propio partido.